Pintura pintura



El título no trata de revisar uno de los momentos del arte del siglo XX más queridos para algunos de mis colegas de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte. Sino del trabajo que estoy ayudando a llevar al muro a mi compañero de departamento, y sin embargo amigo, José Luis Jiménez Cerezo.
Pinta esto de verde. Y voy y lo pinto. Hacer de pinche de un maestro de pintura no está mal, especialmente si el maestro tiene la paciencia del que ha diseñado la imagen para la pared de entrada de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de la Universidad de Zaragoza, en el campus de Huesca (el edificio de la Normal, para entendernos)
Tengo que volver a Teruel mañana, domingo, (manda...) por lo que ayer por la tarde y hoy por la mañana le hemos dado un tirón importante a la pintura de la pared. Ahora me da la sensación de que José Luis sí parece convencido de que estará a punto para la inauguración de las Segundas Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil, que coordina juntamente con José Domingo Dueñas y Rosa Tabernero, a partir del próximo día 4.
La imagen que hemos comenzado a llevar a la pared, está en relación con la que ha preparado para el folleto y el cartel de las Jornadas. (Que parece ser han perdido por el camino a un poeta, cosa esta muy lamentable lo de la pérdida de poetas, no demasiado abundantes... pero seguro que aparece, dado que los poetas son gente proclive a ocultar cosas. Por ejemplo, la realidad entre las palabras).
La foto es del momento de la retirada hoy, sábado, a la una y media en punto. Ya habíamos quitado de en medio las escaleras y los botes, lo que permite ver el momento actual del trabajo.

El parque, de nuevo



He vuelto al parque, esta vez por la zona de la rosaleda, camino habitual cuando voy primero al IEA. Me sigue interesando el tema El parque, el jardín, más después de haber analizado con calma una de las piezas de pintura de Ramón Acín poco conocidas, que lleva por título "Jardín de Anzánigo".
Si algo tuvo el profesor de dibujo de la Escuela de Magisterio de Huesca, fue capacidad para entender lo que pasaba a su alrededor, en arte y sobre todo en el arte de la vida. Que le fue arrebatada con violencia hace ahora setenta años. Nos impidieron algo que hubiera sido mucho más impresionante de lo que podemos ahora disfrutar, solo con el repaso de sus dibujos, por ejemplo

¿Dentro fuera o dentro dentro?

Tener la playa a pocos metros de casa (de casa de quien pueda, claro) permite que te acerques a ella incluso con cierta desgana los días de verano. No hace falta ni que haga un día espléndido (Vaya por delante que, en el Mediterráneo, por lo general, la gente va a tomar el sol. No como en Santander que está claro que a lo que va todo el mundo a la playa es a ver si sale el sol...)
La mirada puede ser hacia dentro, mar adentro, o hacia el pinar que traza una línea verde, paralela a la blanca de las espumas. La pueden disfrutar, sobre todo, las docenas de aviones que sobrevuelan la playa desde o hacia el cercano aeropuerto del Prat.
Esta pequeña acuarela, de las de agua salada, mira hacia dentro, mar adentro.



Pero esta otra mira también hacia dentro, tierra adentro, está claro. A la línea de los pinos
¿Dónde está entonces la mirada hacia afuera cuando pintas en la playa?...

Picasso y la playa

O lo he soñado, o me han contado que Picasso, paseando un día por la playa, topó con una inglesa que pintaba a la acuarela. Provista de una poderosa caja de infinitos colores, se afanaba en representar el modelo no menos infinito que tenía a la vista. Picasso sin interrumpir su paseo le indicó: "es azul".
Mi caja de acuarelas es inglesa, muy coqueta y con los colores justos, regalo de Cristóbal. Con ella tracé esta nota en la playa. Afortunadamente para mí, Picasso no estaba ese día paseando por la playa de Castelldefels