El falso Séneca

Este señor, al que desde siempre he conocido como el falso Séneca, aunque nunca me he molestado en saber por qué, es el barro con el que más satisfecho me quedé en primero de Bellas Artes en la clase de Ricardo Sala, allá por el año setenta y pocos. Bueno, en realidad el segundo, porque esto era una copia y el retrato que le hice a Victoria Recreo fue mi único barro original, ya que desde el principio procuré alejarme de la escultura. Quería ser pintor. De este barro hice solo un vaciado en yeso, que ha acabado patinado como si fuera la arcilla original. Del busto de Victoria hice dos vaciados y aún conseguí salvar una parte importante del barro original para cocerlo.
El falso Séneca de yeso me ha acompañado en los sucesivos estudios hasta que recaló en la academia de pintura de La Casa del Pintor en la que sigue en una estantería. De vez en cuando lo usan como modelo para los dibujantes de carbón, lo que no deja de ser una satisfacción para mí. El profe les dedicó hermosas palabras a las dos piezas lo que me hizo pensar en un sobresaliente final. Pero se enteró que ni de lejos tenía intención de ser escultor (le vine a decir un día en clase que pintor podría ser con solo una pequeña caja de acuarelas y un bloc...) y la cosa quedó en un notable. Tampoco estuvo mal.

El "falso Séneca" en la estantería de la academia de La Casa del Pintor

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