El entorno de San Pedro

Este trabajo, en el que suponía cómo podía quedar visualmente el entorno de San Pedro, eliminando las edificaciones adosadas al conjunto del monasterio urbano, del que queda, probablemente, mucho de lo que fue, produjo una serie de acuarelas de las que algunas todavía rondan por el estudio. Consiguió, al menos en parte, el efecto que pretendía: el mantenimiento de la estructura urbana de la calle de Ramiro el Monje en las cercanías de la plaza de san Pedro.

La modificación del los volúmenes que rodean el claustro comenzaba por la propuesta de limpiar la fachada trasera del edificio de La Confianza. La vista está tomada desde una de las ventanas de casa de Marieta que goza de una privilegiada situación respecto al recinto del claustro.




En la parte opuesta del claustro, la propuesta de eliminar el conjunto de casas de la Correría construidas sobre los ábsides, convertía la visión desde el interior del claustro en una edificación comparable a un monasterio levantado en medio del campo. Había quien lo pretendía, pero esa solución hubiera supuesto, entre otros inconvenientes, el derribo de alguna de las fachadas de ladrillo más hermosas de la ciudad.




Por otro lado, si se trataba de dejar exento el conjunto, no quedaba claro por qué no se derribaba de igual modo la edificación que enmascara la fachada principal del edificio, la casa de La Confianza, que es lo que proponía la siguiente acuarela.




Me parecía menos agresivo, eliminar todas las construcciones que sobresalen de la fachada posterior del edicio que cierra la plaza de López Allué, abriendo un callejón (que no debería de ser en nigún caso transitable) como se puede ver en la acuarela que sigue.




Está claro que las paredes del claustro y los ábsides, carentes de cualquier tipo de decoración, dada su condición de "invisibilidad", una vez liberados del total de las edificaciones, sólo podían añadir interés artístico al conjunto si la restauración pasaba a ser una recreación de algo que, por otra parte, es más que probable que nunca existiera.




Si se hubiera decidido la eliminación de las casas de La Correría, no hubiera tenido demasiado sentido manener la verja actual y el conjunto habría tenido más o menos este aspecto.



La propuesta final del trabajo que realizamos con Celia Fontana, abogaba por la liberación exclusiva de los ábsides de las construcciones, colocadas sobre, o adosadas a los mismos y posibilitar la visión del conjunto, sin facilitar el acceso salvo en casos especiales, como procesos de investiación, etc.

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