Acuarelistas

Nunca me ha parecido demasiado bien la organización de los artistas de acuerdo con el procedimiento utilizado para expresar sus conocimientos o sus sentimientos. Lo de las agrupaciones de acuarelistas debería de estar compensado por agrupaciones de oleistas, de acrilistas, de templistas, carboneros...
Creo que cualquiera que se dedica al arte debe expresarse con la mayor cantidad de posibilidades que le brindan los materiales (y no limitarse, por ejemplo, a los soportes electrónicos...) La verdad es que, sin pretender que se me considere acuarelista, he dedicado tiempo a ese material que, si no recuerdo mal, se fabrica mezclando los pigmentos con goma arábiga. Siguen algunas muestras de diferentes momentos.

Esta, un rincón del río Bellós, tiene ya algunos años y está realizada entre las clases que preparé hace tiempo para los maestros de la redolada de Ainsa. Corrían los primeros noventa.

Esta segunda es anterior. La influencia de Beulas está, creo, bastante clara. La distancia de los resultados creo que tampoco precisa de grandes explicaciones.

La tercera pertenece a la serie de realidades y de posibilidades que incluía el trabajo sobre San Pedro el Viejo realizado para el Ayuntamiento de Huesca con la doctora Celia Fontana. Es una vista del claustro desde una posición de privilegio: la ventana de casa de Marieta. (Aunque la casa ya no tiene ninguna de sus habitaciones dentro del claustro, como ocurría antes de la reconstrucción llevada a cabo por Ricardo Magdalena a finales del XIX, sigue gozando de ciertas ventajas visuales...)


Con frecuencia se usa la acuarela como boceto de otra clase de obras. O como modo rápido para la toma de apuntes que luego se utiliazarán para otros trabajos del tipo que sean. Esta, por ejemplo, la tomé en el Museo de cerámica de la Alhambra, cuando hacía los cursos de doctorado. Los conserjes no me dejaron hacer fotos y tuve que ir a buscar la caja de acuarelas. Aún recuerdo la cara que me puso el prohibidor...

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