Otra vez

Me planteo de nuevo la posibilidad de exponer en un espacio grande. Me apetece abordar formatos que me permitan disfrutar del ejercicio físico de la pintura y retomar la serie Paisajes viajados (que nunca he dejado del todo). Coloqué la pasada semana una pieza de un metro por cuatro y trabajé una mancha inicial, la que aparece en la imagen, en una sesión de algo más de tres horas que me produjo un efecto similar al que me ocurría cuando los veranos pretendía hacer deporte como si hubiera estado practicando todo el invierno. Vamos, destrozao. El fin de semana he seguido y la tela ahora mismo no se parece ni en pintura a la que aparece en esta foto del teléfono.

Tras la primera sesión

Tras un fin de semana de trabajo


El estudio casi se queda pequeño... En el lateral izquierdo puede verse (no muy bien) un retrato al carbón de Felisa Banzo, mi madre, realizado por alguien que pudo ser un gran escultor pero lo dejó muy pronto. Ángel Valero llegó a esculpir algunas piezas que ocupan lugares públicos, pero su temprano abandono del arte hizo que su trayectoria artística no haya sido considerada por casi nadie. De hecho me hubiera tocado a mí, como ahijado suyo, pero no he encontrado el momento.


Tres (caballetes) en raya

No hay comentarios: