Nuevas y antiguas renovadas pinturas


La semana pasada me llegaron por fin las piezas de dos por uno con las que he podido retomar los paisajes viajados de cuatro metros por uno. Este se deriva directamente de una puesta de sol vivida en la terraza de José Luis, mi compañero de departamento, hace unos días. He empastado con óleo, bastante, lo que me ha supuesto una buena paliza. Los años no pasan en balde...



Las que siguen, que son piezas algo más antiguas y más pequeñas (un metro por treinta centímetros), han pasado una nueva etapa este fin de semana. Y han quedado así, a la espera de que se acaben de una vez las memorias de los grados de maestro... que son una auténtica lata, por decirlo en fino.












Finalmente, una pieza de formato algo más convencional que también ha encontrado un lugar en los caballetes del estudio este fin de semana

Dos puertas que son una

Cambiar una puerta con el ordenador resulta tarea relativamente cómoda. De hecho las dos fotografías que siguen son en realidad una sola, la segunda. A la que se le ha corrido el pilar de ladrillo en la segunda imagen para que quedara como fue construido el hueco en primera instancia, y se le ha eliminado el periódico del llamador... ventajas del photosoph. Le advertí al laborioso vecino de la farmacéutica de San Esteban que me parecía una pena que se perdiera, de la fachada en proceso de remodelación, una porción importante de esa hermosa pieza de carpintería, madera y herrajes hermosos. Pero la hilera de ladrillos se había levantado y pensaba que el asunto se quedaría como estaba.



Mi sorpresa, cuando volví al cabo de unos días y vi que la puerta se veía completa, fue considerable. Pero nada que ver con la que me produjo la explicación del sistema usado en la ampliación del vano. Había movido la columna ya edificada unos veinticinco centímetros a la derecha... Menudo trabajazo.

Torres aragonesas


5. Torre de san Juan de los Panetes
24 x 16 cm.
Tintas/papel.
La torre de San Juan de los Panetes, inclinada como la Nueva, no ha seguido su misma suerte y forma parte de uno de los fondos de la remodeladísima plaza del Pilar, con su fábrica de ladrillo y sus cuatro pisos, bien diferenciados. Cada uno de ellos contiene un arco de medio punto y óculos y su remate (como en el caso de la derribada Torre Nueva y otras de la capital aragonesa) es de tipo bulboso. Su tipología nos lleva al momento de dominio del estilo mudéjar, que convivía, como se evidencia en la morfología de San Juan de los Panetes, con un renacimiento ya tardío.
Cómo llegar: San Juan de los Panetes se levantó sobre la antigua muralla romana de Zaragoza y sigue presidiendo en la actualidad sus restos.

Exposición en San Esteban

No en todas las exposiciones a cuya inauguración acudo, propias incluidas, se alcanza el número de visitantes que tuve ayer en la muestra Veinte torres aragonesas. Rincones de San Esteban que estará abierta este fin de semana en el salón de actos municipal del pueblo de Magda.
De toda edad y condición como puede deducirse de las fotos.







Torres aragonesas


4. Torre de la Magdalena. Tarazona
24 x 16 cm. Tinta china/papel.
Describe José María Cuadrado, en 1844, la belleza de la torre de la Magdalena y su privilegiada situación, presidiendo la margen izquierda del río, indicando que en el siglo XV existió el proyecto de convertirla en catedral. La que llama gótica torre de ladrillos, alta y adornada de arabescos, al estilo de las de Zaragoza, no es sino uno de los más hermosos ejemplos de torre mudéjar con que cuenta Aragón. Todo ello convierte la torre de la Magdalena en la imagen de Tarazona.
Cómo llegar: Tarazona se encuentra sobre la N-122 que parte de Gallur hacia Soria, en el límite de la comarca del Moncayo.

Exposición de Santiago Gimeno en Luzán

Un hermoso conjunto de piezas en acero el que presenta Santiago Gimeno en la sala CAI Luzán del zaragozano Paseo de la Independencia. Que recibe al espectador con una pieza de considerables dimensiones en el propio paseo ciudadano. 
Me pidieron un artículo para el catálogo, que transcribo tras las imágenes tomadas, una vez más, con el teléfono.







Dos piezas de menor formato en el vestíbulo de la entidad bancaria, para dar paso a un espacio que alberga la exposición del escultor zaragozano.




El negro del techo y suelo y el blanco de las paredes establecen un entorno favorable al conjunto de las piezas, patinadas de calidez.
  






Tenerlo claro.
Tener claro lo que se quiere no es un mal comienzo para cualquiera de las actividades del hombre, incluidas las artísticas. Por ello, cuando recibí el pliego de intenciones de Santiago Gimeno, con el que fundamenta teóricamente su exposición en la Luzán, pensé que era un buen comienzo, y que contaba con bastantes posibilidades de conseguir un buen final.
La exposición es parte de un proyecto en el que el escultor pretende volver los ojos y la mente -y que los posibles espectadores lo hagamos de igual modo- hacia su entorno más inmediato. Ese entorno próximo no es el propio taller, como advertiría cualquier teórico de los caparazones que nos envuelven (la habitación , el piso, el barrio, la ciudad, que se superponen como capas de una inmensa cebolla global). Sino la naturaleza como gran contenedora de nuestra realidad.
Pretende reflexionar, y que reflexionemos con él, sobre problemas tan acuciantes y actuales como la desertización, el cambio climático o el omnipresente asunto del agua en este 2008. No es pura coincidencia que esté prevista la inauguración de la muestra en los días en que Zaragoza abre la Exposición Internacional sobre el agua, el acontecimiento que conmemora el segundo centenario de los Sitios en la capital aragonesa.
Su reflexión se fundamenta en la consideración del pasado de la ciudad como naturaleza abierta, a la que hombre ha ido robando paulatinamente formas de vida, para transformarla en espacios de trabajo y descanso de las gentes que la pueblan. Sus elementos escultóricos, que es como el artista denomina a las piezas, pretenden establecer una dialéctica entre la naturaleza y la obra de arte, devolviendo a la realidad arrebatada una de sus partes fundamentales: la belleza de las formas naturales.
La obra de Gimeno, elaborada en acero corten, habitual en su trabajo artístico, parece asumir los fundamentos de la biónica aplicada al diseño. El estudio de las intersecciones y penetraciones de las superficies, que la naturaleza ha creado a lo largo de millones de años de pruebas, en sus elementos sobre todo vegetales. Pero lo hace alejándose al máximo de la funcionalidad del estudio de esa geometría natural, que ocupa a los fabricantes de todo tipo de objetos de uso, y depurando los elementos geométricos naturales hasta convertirlos en signos al servicio exclusivo del arte.
No renuncia en ningún caso a la realidad, como nos advierte en su fundamentación teórica, ya que su pretensión de que las piezas no solo sean sugerencias de las formas naturales obtiene sus frutos. Santiago Gimeno pretende y consigue que exista una referencia directa a esa realidad que quiere devolver a su espacio natural, ahora invadido por las obras del hombre, y convertido en eso que entendemos por ciudad y que tan pocas veces planificamos desde la consideración de la naturaleza que arrebatamos.
He seguido la reificación de alguna de las piezas. En especial la gran escultura que va a presidir la exposición en el exterior de la sala. Las dificultades para pasar de la idea, la imagen, a la cosa, son evidentes y añaden un interés a los resultados finales por la espectacularidad del formato. Pero la escultura de Gimeno no precisa de la monumentalidad de las grandes piezas que cualquier escultor, y él no es la excepción, desea colocar sobre el plano ciudadano.
La definición de belleza que he usado en mis clases y en los escritos en que comento el arte, se la debo al pintor Antonio Saura, y late en cualquiera de las obras de este escultor. Lo bello es lo intenso aseguró Saura en la conferencia que impartió en la celebración del ciento cincuenta aniversario de la Escuela de Magisterio de su ciudad natal .
Con independencia de los formatos, la escultura de Santiago Gimeno resulta especialmente intensa. A mí me lo parece ahora, cuando tengo que escribir unos folios con motivo de su nueva exposición en la sala de la CAI de Zaragoza, pero me lo ha parecido desde que conozco su trabajo. Tendré por tanto que concluir con la seguridad de que estamos ante unas obras esencialmente bellas. Lo tengo claro.
Huesca, mayo de 2008

Alicante


Visita relámpago a Alicante para la inauguración del nuevo edificio de la Fundación Gil Albert. Que produce la envidia del total de los componentes de la CECEL que hemos podido acudir a la amable invitación de los perfectos anfitriones. El edificio, como puede apreciarse, impecable.



Amanecer en el mar puede parecer que es como amanecer en cualquier parte. Pero seguramente el mar aporta algún matiz digno de ver, como diría cierta famosa empleada de hogar.





El ayuntamiento de Alicante, aparte la placa que sirve de referencia para calcular la altitud de cualquier punto de la península referido al nivel del mar, y muchas otras peculiaridades que podrían ser destacadas, cuenta con una espectacular escultura de Dalí en el arranque de la escalera principal. 




Dos iglesias en el recorrido. Me quedo con la primera. En conjunto y por los detalles.





La fiesta del fuego, supongo que para san Juan, tiene sus prolegómenos como en todos los lugares. De manera fugaz, pude ver a las reinas del fuego ataviadas como las meninas de los cuadros velazqueños, con sus cinturas prácticamente invisibles y simplemente guapas, entrando en la plaza del Ayuntamiento. Solo pude hacer esta foto con el móvil, pero merecían mejor fotógrafo y más tiempo. Las menores y las mayores.

torres aragonesas


3. La torre nueva. Zaragoza
24 x 16 cm. Tintas/papel.
Típico ejemplo de construcción civil, la torre del reloj de Zaragoza tenía planta octogonal y se alzaba, totalmente exenta, 81 metros sobre el suelo de la calle. Como la mayoría de las torres mudéjares tenía dos cuerpos, entre los que se desarrollaba la escalera. Fue demolida en marzo de 1892. Su profusa decoración y la inclinación que la caracterizaba la hicieron modelo de importantes dibujantes y grabadores (Gustavo Doré, entre otros) que dejaron constancia del buen uso que los alarifes dieron a los yesos y arcillas de Aragón. En vano se hicieron intentos de reconstrucción.
Cómo llegar: A la Torre Nueva, que estuvo situada en la plaza de San Felipe, sólo es posible acceder desde el recuerdo de los dibujos y las fotografías que nos han llegado.

Más sobre Robres

El manejo de la informática por parte de los niños me permitió mejorar las imágenes que obtuve con el teléfono en el CRA La Sabina de Robres añadiendo las que ellos habían fabricado. Entre otras, el totem de la entrada.