Pues no sé qué pensar.

José Luis Jiménez Cerezo, mi compañero de departamento, cuyo blog es altamente recomendable, anda empeñado desde hace años en un grupo de pintura mural. Con sus huestes (a las que he pertenecido, por ejemplo, a la hora de pintar el mural de la entrada en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación) se dedica a iluminar muros de colegios, del parque y de donde sea. El trabajo que realiza el GPM de José Luis tiene un nivel envidiable como diseño y como resultado. Por ello creo que debería tener algún grado de protección, habida cuenta de que hay otros protegidos que son auténticas pifias de su estilo y cuentan con todas las del mundo.
Por ello, cuando esta mañana he ido a ventana de la conserjería de la Facultad y he visto qué provocaba ese ruido que me impedía concentrarme en el trabajo, me he quedado un poco pensando en que no sabía muy bien qué pensar. Las imágenes creo que son lo suficientemente elocuentes. Sin duda el muro necesita un arreglo. Pero podía haber sido previo al trabajo del grupo de pintura mural de José Luis, creo.


Bueno, quizás cuando acabe el apaño, se encuentre el grupo un nuevo espacio útil para su trabajo, asunto tampoco desdeñable.

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