La parroquial de San Esteban de Litera

Hay muchas cosas que me han sorprendido en el pueblo que se ha convertido en mi segunda casa. La ubicación del conjunto urbano, que lo muestra como envuelto en un caparazón de riscos. Dibujé el pasado año y he dibujado algo menos este año, un entramado que haría las delicias de los auténticos arquitectos, no demasiados, por las posibilidades de salirse de la fabricación industrial de colmenas humanas, ahora en recesión.
Y me sorprendió, sobre todo, la parroquial. Las proporciones interiores, inmensas para el censo actual del pueblo. No cabe duda de que San Esteban de Litera debió tener momentos de esplendor, que todavía no he podido detenerme a estudiar. Son deberes para cuando deje de una vez cuestiones administrativas, dentro de unos meses.
El conjunto se podría definir como proporcionadamente hermoso en su volumen interno, protegido por un exterior no demasiado brillante. Un exterior sobrio como correspondería al barroco aragonés. El interior aparece ante el espectador como una historia de mezclas que han compuesto un coctel atractivo, del que hoy traigo algunas imágenes. Se aprecia su majestuosidad, tanto como lo necesario de una intervención general sobre el edificio. No sé si hay suficientes votos aquí como para que se acometa en serio una restauración merecida por el edificio.




Nave del evangelio


Nave central




Nave de la epístola



Bóveda de la Nave central



El coro, sobre la puerta de entrada






La necesidad de intervención se hace patente en estas dos últimas fotografías, y en algunas de las anteriores...



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